Ahora que regreso a mi blog y veo que todo el 2015 estuve sin publicar una sola entrada, me doy cuenta de tantas cosas que acontecieron, sin duda fue un año que sacudió mi vida en muchos sentidos. una sacudida siempre hace que te desempolves y que deseches cosas en tu vida y en tu persona.
Los seres humanos vamos de aquí para allá, a veces sin preguntarnos el por qué de las cosas, y ahí es cuando se cae en la rutina y se deja de reflexionar y pensar en cómo actuar, en cómo hacer algunas cosas en específico a las que estás acostumbrado en tu rutina a diario.
Días difíciles, días fáciles, días floreados, días nublados..., siempre hay de todo en la vida, siempre hay de qué quejarse y también de qué alegrarse, al final de cuentas las cosas tienen que suceder como la vida te las tiene preparadas. Eso es dejar fluir para que las cosas pasen.
La vida nos da sorpresas y nos trae para allá y para acá dedicándonos triunfos y fracasos, el meollo del asunto está en no rendirse, en querer salir adelante. Gracias vida por el año pasado que ya se fue a la basura y que se ha quedado sepultado en el pasado. Aún no puedo declararme triunfador, ni reírme de ti, desgraciada y a veces hermosa, pero algún día saldré avante y mira que te estoy dando batalla aún con todo esto. De eso se trata esta batalle, de mantenerse hasta que haya un triunfador.
La cuestión es ¿cómo seguir adelante cuando los ánimos nomás no dan para más? Pues ahí es donde trasciende la verdad, la razón y la conciencia del ser humano, y entonces todo fluirá en mejor forma. Sólo es cuestión de tener algo positivo en tu vida, por muy pequeño que sea y no dejarse vencer por el pesimismo.
Gracias vida. A veces ingrata, otras más feliz... Pero al final eres tú donde estoy inmerso.