La educación es la parte fundamental en la vida del ser humano. Sin ella las personas seríamos, incluso, peores que los animales que carecen de uso de la razón.
Por otro lado la voluntad es una característica personal del hombre en torno a una sociedad, en la que nos desenvolvemos de manera cotidiana, y a la que debemos responder con nuestras acciones y éstas deben ser voluntarias.
Sin embargó desarrollar esta característica en las personas es difícil sobre todo con la sociedad actual en que vivimos. Donde la delincuencia y los actos de malicia para las personas están creciendo de manera desordenada y agigantada, sin medir las consecuencias y los dolores de los demás.
A veces sólo el leer las noticias y sentir un nudo en la garganta de impotencia o inseguridad ante las personas negativas o maliciosas para nuestra gente, deja un sentimiento de odio o de reclamo a nuestras autoridades.
Cuántas veces no hemos escuchado la frase "la educación es la profesión más noble". Pero esto sólo se cumple cuando en realidad tenemos la voluntad para educar de manera constante y comprometida con nuestros alumnos.
Me queda claro que no hay que desistir en esta labor que estamos realizando los maestros. En esta labor que es humana y que nos encomiendan lo más delicado y noble de nuestra sociedad: las personas. Así que no renunciemos a la noble causa.