Cada vez que termina un año se escuchan nuevas promesas para el que viene, y lo peor del caso es que muchas veces son las mismas del año pasado, porque por una u otra cosa no llegamos a lograr con éxito a lo largo del año.
Escuchamos cohetes y disparos de balas al aire y gritos de alegría y felicidad, todos se acercan a darnos el abrazo de año nuevo y todos parecemos estar contentos y felices. Sin embargo no sabemos lo que guardan nuestros corazones ni lo que tenemos en mente en ese momento, porque podemos estar de cuerpo presente y de mente ausente.
Creo que a una semana de terminar el año es momento de recapacitar y ponernos a pensar si en realidad logramos lo que quisimos, o mejor dicho lo que pretendimos al inicio del 2009. Se que es duro y difìcil pensar en eso, pues muchos son los propósitos que pretendemos lograr y pocos los que en realidad se logran, pero más pocos los que se logran con un éxito total.
Pues ahora no me queda más que felicitar a todos esperando que hayan tenido un año de abundantes frutos y que el 2010 sea mejor, y para los que escribimos sea de más inspiración para poder seguir escribiendo con facilidad.
FELIZ AÑO 2010.
jueves, 24 de diciembre de 2009
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