Hoy parte a la casa del Padre un pastor y señor muy querido en nuestra diócesis, él llegó para dar luz a este territorio de la Veracruz y esa luz se queda y permanece en nuestros corazones por quienes tuvimos contacto muy cercano con él. Nos transmitió la fe, y la alegría que caracteriza a un buen pastor.
Sólo la oración será el consuelo de nuestra diócesis en estos días.
Tódo lo que empieza termina, pero también todo queda marcado positiva o negativamente. Deja un gran ejemplo este Señor, porque nunca se rindió, aunque ya no llevaba las riendas de la diócesis y era emérito él seguía predicando con celo apostólico y dando ejemplo de Fe con su vida.
Es por eso que sólo puedo decir que hay que vivir la vida con entrega y alegría, pues ésta sólo es una vez y los momentos no se repiten, por más que se quisiera eso (Orlando)